Ya conozco a unos cuantos que han dejado de usar activamente las redes sociales. El “no tengo tiempo” ha ganado la batalla, provocado por un uso inicial indiscriminado o por una falta de mesura en la elección de redes, fuentes y contactos que provoca una “intoxicación social virtual”. ¡Creo que he pasado demasiado tiempo conectado al Facebook! Y al hartarse, el usuario abandona.
¿Burbuja de redes sociales virtuales? ¿Pompa que empieza a explotar?
A la sociedad le encanta moverse por modas, sobre todo en aquello que es de consumo social: ropa, calzado, coches, bares, restaurantes, gadgets…y por supuesto, redes sociales. El ser humano necesita sentirse integrado y sigue estos fenómenos colectivos para no sentirse fuera, para sentirse reconocido…e incluso admirado. Para pertenecer a ese “grupo exclusivo” que viste con logo, que lleva zapato con suela roja, que “le gusta conducir”, que toma un café en Starbucks y que lleva en la mochila un Ipad.
Seguimos tendencias y modas Obsesionados por "estar" Le gusta decir que tiene un perfil LinkedIn, es el rey del Facebook, alcalde en FourSquare, Twittea las ocurrencias del día, comparte sus fotos en Instagram o Picassa y configura sus círculos en Google+
Cada una de estas redes sociales tiene un fin diferente y usadas con mesura resultan de gran utilidad. Herramientas de comunicación y de conexión con personas con las que compartimos interesas. Una red que une a la sociedad en un entorno virtual.
Las redes intentan no perder usuarios Pero como ocurre con todas las modas, igual que vienen, se van. Y ahí están nuestros amigos Google, Facebook, LinkedIn y Twitter realizando toda clase de estratagemas para no dejar de ser “lo más” y atraer y retener el mayor número de usuarios.
¿Pero que ocurriría si la moda ahora fuera “no estar”? Ups, menudo aprieto para todos ellos.
Pero “no estar” no es tan fácil. Fácil es no entrar, pero una vez dentro, es muy difícil salir – incluso más difícil que esos fax que algunas compañías solicitan para confirmar la baja de un servicio (misión imposible ¿alguno de vosotros tiene fax?).
Hay una historia muy simpática -aunque sin final feliz- de una empresa que fomentaba la baja de usuarios en Facebook. Debido a una de esas modas que se generan en la sociedad, logró que Facebook perdiera nada menos que 20.000 usuarios. La empresa de Zuckerberg comenzó una cruzada contra esta compañía -llamada Seppuko, palabra japonesa que como harakiri hace referencia al suicidio ritual- hasta que logró el cierre de la misma. Esta vez David no pudo vencer a Goliath Merece la pena ver el video que realizaron en clave de humor para explicar la desaparición de la compañía:
Seppukoo – This is the end from Guy McMusker on Vimeo.
Ventana externa
Seppukoo – This is the end from Guy McMusker on Vimeo.
Para los que estéis interesados en daros de baja, otra compañía que también ofrece el servicio de “suicidio virtual” es SuicideMachine
SuicideMachine te ayuda a salir de las redes sociales No es una moda querer relacionarse socialmente. Desde el inicio de los tiempos el ser humano ha buscado lugares de encuentro: el ágora, la iglesia los domingos, el club deportivo o el café de la plaza. El entorno virtual ha quedado añadido a estos espacios en este siglo XXI.
Lugares donde reunirnos socialmente
Es personal la elección de qué puntos de encuentro escoger dependiendo del qué y con quién. Decisión individual pero influenciada por la moda colectiva.
Incorporarse a una red social u otra porque otros lo hagan no resulta nada eficiente. Al final tienes un montón de perfiles “cadáver” sin contenido ni uso y con contraseñas olvidadas.
Existen muchas cuentas cadáver en la red Eso forma parte también de tu reputación personal. Una puerta abierta a que conecten contigo personas que no te interesan, a que en una búsqueda de tí en Google aparezca en primer lugar tu perfil vacío de una red social que nunca usaste, sólo el día que entraste para probar. Al final puedes, sin pretenderlo, dar una imagen de dejadez que no te corresponde.
Haz un planteamiento real a título individual de las necesidades que tienes como persona y como profesional, y escoje los puntos de encuentro que te ayuden a tus objetivos profesionales y de ocio…on line y off line.
Dejemos las modas para las pasarelas.
***