El mundo del vídeo en internet se mueve, y los que soleis subir muchos vídeos a internet o los descargáis para vuestras colecciones deberíais conocer dos noticias importantes. La primera, hecha pública hace unos días es que Google Video cierra. El servicio que la compañía del buscador lanzó antes de comprar Youtube no ha podido competir con el gigante de los videoclips y cierra sus puertas definitívamente el próximo día 29 de abril.
Desde Google han advertido a los usuarios de Google Video que tengan contenidos online que quieran conservar, que deberán descargarlos a su disco duro. El plazo límite para ello termina el próximo 13 de mayo (El cierre del que hablábamos en el párrafo anterior se refiere sólo al cierre del servicio de reproducción de vídeo en streaming).
Un nuevo estándar para Youtube
Curiosamente, y aunque tanto Google Videos como Youtube pertenecen a Google, la compañía no ha habilitado una manera fácil y directa de transferir los vídeos, del portal condenado a muerte, a Youtube. La única manera de hacerlo es armarnos de valor, descargar nuestros archivos si no los tenemos en el disco duro, y a continuación volverlos a subir a Youtube uno por uno si deseamos que sigan estando accesibles por otros usuarios.La noticia del cierre de Google Video enlaza con otra novedad, y es que Youtube ha comenzado la migración de todos sus vídeos a un nuevo formato de archivo llamado WebM. Hace tiempo en AnexoM ya os hablábamos de las guerras entre distintos formatos de vídeo por internet. Finalmente, WebM parece haberse impuesto (no en vano está promovido por Google) y acaba de comenzar el largo proceso de convertir los vídeos que ya están subidos al nuevo formato (el anterior era H264).
Que no cunda el pánico todavía. De momento Youtube sigue siendo compatible con los viejos formatos de vídeo, pero no es mala idea irnos familiarizando con WebM y sus particularidades, sobre todo para que un buen día no nos pille de sorpresa el no poder reproducir un vídeo descargado de Youtube, o encontrar problemas a la hora de codificar un vídeo propio para subirlo.
Código abierto en formato contenedor
WebM es un formato de código abierto creado por Google y accesible a cualquier programador. Su razón de ser es que mejora la compatibilidad y funcionamiento sobre HTML5, que será, casi con toda probabilidad, el lenguaje en el que se programen casi todas las páginas web en el futuro.WebM lleva la extensión de archivo .webm y, en realidad, no es más que un formato contenedor basado en el estandar Matroska (.mkv) que guarda en su interior dos códecs: VP8 para vídeo, y Vorbis para audio. Aparte de Google, el formato ya ha sido apoyado y reconocido por navegadores como Internet Explorer 9 o lenguajes de programación web como Flash, de Adobe.
Al consistir en dos códecs unidos, para reproducir WebM tan sólo necesitamos que nuestro navegador o reproductor multimedia esté equipado con esos códecs. En el caso del navegador, la solución es muy sencilla. Basta con actualizar el software. Ya soportan WebM Firefox 4, Opera 10.6, Chrome 6 o Internet Explorer 9 y las versiones posteriores de todos ellos.
Adaptar el reproductor y crear vídeos
En el caso del reproductor, aplicaciones como WinAmp, JetAudio, VLC, Moovida, o VLC ya soportan la reproducción en WebM. Si no queremos usar estos reproductores multimedia, es preciso equipar nuestra aplicación favorita con los códecs VP8 y Vorbis si todavía no los tiene. Generalmente este proceso puede hacerse desde la propia herramienta de actualizaciones del reproductor.Si esa operación no funciona, bsta con visitar la sección de herramientas de la web del Proyecto WebM para encontrar los códecs y las instrucciones necesarias para actualizar el sistema.
El último paso sólo es necesario si queremos trabajar en vídeos con el formato WebM o somos aficionados al código abierto y queremos probar a desarrollar nuestras aplicaciones sobre este formato. La Web de Proyecto WebM ofrece también una lista de aplicaciones gratuitas y de pago que permiten convertir cualquier formato de vídeo a WebM.
Aquí también podréis encontrar el código abierto del formato. El cambio, en definitiva, no es nada traumático, y nos reportará no pocas ventajas a la hora de disfrutar de nuestros vídeos favoritos online.